POR FRATER SHIN TERIOR
Epílogo. ¿Teleología o Existencialismo puro?
Las motivaciones de la magia deben incluir, aparte de un sentido filosófico de la vida que incluya alguna forma de trascendencia o inmanencia, las mismas tensiones (vectores) que la vida ofrece. El existencialismo aboga por el control de la vida y la euforia consecuente que “ese fluir” nos concede.
La dialéctica entre ambas tensiones, vida y muerte, privación y saciación, deseo y miedo, placer y dolor, conocimiento e ignorancia, eros y tanatos, los infinitos constructos “polares”, en definitiva, constituyen los colores del tablero en el que nos movemos. En la infinita combinatoria de constructos y situaciones, el ser humano se ve impelido a todas las variedades de la experiencia humana. La modificación de una situación o conjunto, ya no una persona, es el objetivo final de las intervenciones sociales.
Desde la inmanencia absoluta, el resultado final y radical de la ecuación del ser humano es el comportamiento.
Desde la trascendencia absoluta, el resultado final y radical es su espíritu.
Entre ambas cosas podemos poner cuantos niveles queramos, pero una de las mejores ecuaciones de la personalidad actualmente está formulado en los modelos constructivistas postracionalistas.
A la hora de afectar la conducta o y el espacio intersubjetivo podemos hacer un análisis funcional desde el modelo interconductual de Kantor, y alcanzar
la observación de lo macrocontingente y lo microcontingente y realizar análisis de datos observando lo estructural y lo funcional. Sin embargo, cada uno funcionaliza los EC y RC (estímulos y respuestas condicionadas) según los mediadores cognitivos. Lo cual nos conduce a las motivaciones, los deseos, los mecanismos de defensa, el inconsciente y en algún lugar un espacio subjetivo compartido, (que no es lo evidente, sino los tipos psicológicos en interacción, o lo que antiguamente estaba descrito como mitología.)
En psicología social se le llama tele, aunque también puede ser visto como interrelación. En ese espacio último es donde hace acto de aparición la intervención transpersonal del filósofo.
El plan general no es más que la suma de planes pequeños. Cada uno debe jugar su pequeño plan desde su ámbito de influencia. Y el resultado final lo denominamos Totalidad, puede que sea agente o paciente, orden o caos, es simple y llanamente dialéctica constructivista. Y desde el interconstructivism o, cada uno debe jugar su papel en plena manifestación, con independencia.
Si hay plan (sentido teleológico), es manifestación del plan.
Si no hay plan, es libertad existencialista.
F.S.T
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