Todo sonido musical es una combinación de vibraciones armónicas,
que dependen de que sean compatibles con sus vecinas. Toda falta de
relación numérica produce un sonido «ingrato», un sonido que
no es agradable al oído. Los músicos procuran producir sólo
sonidos que sean agradables. [El Aura y sus colores]
Como en la música, se produce en los colores, puesto que éstos son
también vibraciones, aunque éstas se encuentren ligeramente
apartadas de aquéllas, en el espectro general de la percepción
humana. Podemos contemplar colores puros que nos agraden y nos eleven el
ánimo. O bien colores que nos irriten, que nos atormenten los
nervios. En el aura humana se distinguen varios colores diferentes, con
sus matices. Algunos de ellos sobrepasan los límites de la
percepción de aquellos observadores que no se han ejercitado en ello;
de manera que carecen de nombre universalmente aceptado.
Asimismo existe, como sabéis, el silbido «silencioso» del
perro. Eso es, que resuena con una frecuencia de vibraciones que
ningún oído humano puede captar, y, en cambio, lo oyen los perros.
En el extremo opuesto de la escala, existen sonidos graves que el hombre
percibe y el perro, no; los sonidos graves se le escapan.
Supongamos que desplazamos la escala de sonidos que puede percibir un
ser humano hasta que éste pueda oír el silbido del perro. De la
misma forma, si podemos desplazar hacia arriba nuestra vista, veremos el
aura humana. Pero hay que andar con cuidado, so pena de perder la
percepción del negro o del morado.
* El autor se refiere a la música usual; no a la experimental. (Nota
del T.)
No seria razonable pretender dar una lista completa de los innumerables
colores que existen. Limitémonos a los más corrientes y acusados.
Los colores básicos cambian a medida de los progresos que efectúa
la persona cuya aura contemplamos. Cuando una persona crece en
espiritualidad, también evolucionan sus colores. Si una persona tiene
la desdicha de retroceder en la escala del progreso, sus colores
básicos se alteran por completo, o mudan de matiz. Los colores
básicos (de los que se hablará enseguida), nos muestran la persona
también «básica». Los innumerables matices indican los
pensamientos e intenciones, así como el grado de espiritualidad. El
aura forma remolinos y se desliza como un arco iris singularmente
intrincado. Los colores corren alrededor del cuerpo en crecientes
espirales, y también caen de la cabeza a los pies. Pero esos colores
son muchos más que los que jamás se vieron en un arco iris;
éste es una mera refracción de cristales de agua — simples
objetos —, al paso que el aura es la vida misma.
Damos a continuación unas notas de unos pocos colores, ya que es
imposible tratar de otros hasta que no se conoce esta lista:
Rojo
En su buena forma, el rojo indica una sana fuerza impulsora. Los buenos
generales y jefes políticos de las masas tienen una gran cantidad de
rojo en sus auras. Un tinte particularmente claro de rojo, con los
bordes de un amarillo claro, indica una personalidad de «cruzado»
(que se desvive por ayudar a sus semejantes). Mucho cuidado en no
confundirle con el vulgar «metomentodo> , cuyo «rojo» es, en
cambio, «marrón». Franjas de color rojo, emergiendo del sitio
donde está un órgano, indican que éste se halla en
magníficas condiciones de salud. Algunos de los gobernantes de
renombre mundial tienen una gran cantidad de rojo en el conjunto de su
aura, Lástima que, en demasiados casos, se halle contaminado por
degradantes sombras.
Un rojo de mal aspecto, fangoso o excesivamente oscuro, indica un
carácter malo o vicioso. Aquella persona es informal, pendenciera,
traidora, afanosa de provecho propio en detrimento de su prójimo. Un
rojo opaco invariablemente indica depresión nerviosa. Una persona
dotada de un rojo «malo» puede ser físicamente robusta. Por
desgracia, también puede ser fuerte para el mal. Hay asesinos que
tienen un rojo degradado en sus auras. Como más ligero sea el rojo
(ligero, que no claro) la persona será más nerviosa e inestable.
Una persona es muy activa, incluso con exceso, y no puede permanecer
quieta más que unos escasos segundos. Seguramente, ella es muy
egocéntrica. Los colores rojos alrededor de los órganos denotan su
estado. Un rojo opaco, o tirando a marrón, con lentas pulsaciones
sobre el sitio donde está un órgano, es señal de cáncer. Se
puede ver si el cáncer está allí o si todavía es incipiente.
El aura indica qué clase de enfermedades están a punto de atacar
al cuerpo, a menos de que se adopten medidas curativas. Eso en el futuro
va a ser la utililidad de lo que podremos llamar «auroterapia».
Un rojo punteado y centelleante, procedente de los maxilares, anuncia
dolor de muelas; un marrón opaco, pulsando en el halo, delata el
miedo ante la perspectiva de tener que ir al dentista. El color
escarlata lo «llevan» todos cuantos están demasiado enamorados
de sí mismos. Es el color del falso orgullo; del orgullo sin
fundamento. Pero el escarlata lo vemos situado alrededor de las caderas
de las damas que venden «amor» contra la moneda de] Reino. Esas
damas, por lo general, no se interesan por el sexo como tal; para ellas
es simplemente un medio de ganarse la vida. De este modo, el presumido y
la prostituta comparten los mismos colores en sus respectivas auras.
Siguiendo con el grupo «rojo», el rosa (que no es, en realidad,
más que el coral) es signo de inmadurez. Las jovencitas menores de
los veinte ostentan el rosado en vez del colorado de cualquier clase. En
el caso de una persona adulta, el rosa corresponde a un infantilismo e
inseguridad. Un rojo oscuro, color de hígado crudo, indica un sujeto
ciertamente nada recomendable. Una persona a la que hay que evitar,
porque nos ocasionaría quebraderos de cabeza. Cuando dicho color se
ve sobre un órgano, quiere decir que éste se halla muy enfermo y
si se produce sobre un órgano vital es señal de una muerte
próxima.
Todos aquellos que ostentan el color rojo al final del esternón,
tienen alteraciones nerviosas. Tienen que aprender a controlar sus
actividades y vivir con más calma, si quieren disfrutar de una vida
larga y tranquila.
Anaranjado
El color naranja, en realidad, es una rama del encarnado; pero le
rendimos el homenaje de reservarle una clasificación propia porque
algunas religiones del Oriente lejano consideran el naranja como el
color del Sol y lo reverencian. Por esta razón hay tanto color
anaranjado en aquellas tierras. Por otro lado, atentos a mostrar la cara
y la cruz de la moneda, añadiremos que otras religiones sostienen que
el azul es el color del Sol. Mas, no importa nuestra opinión en el
asunto; el naranja es un color básicamente hermoso, y las personas
con un acertado matiz anaranjado en su aura son gente considerada para
con sus semejantes; son humanos y hacen todo lo posible para ayudar a
los demás, que no han sido tan afortunadamente dotados. Un amarillo
anaranjado es un color muy deseable, que denota dominio de sí mismo y
posee diversas virtudes.
Un anaranjado tirando más o menos hacia el marrón es señal de
ser una persona perezosa que todo lo trata con negligencia. Un marrón
anaranjado también indica trastornos en los riñones. Si está
situado sobre los riñones y tiene una mancha mellada de color gris,
denota la presencia de cálculos renales.
Un anaranjado teñido de verde delata una persona a quien le gusta el
pelear por el solo gusto de pelear; y cuando nosotros hayamos progresado
hasta el punto de poder percibir los matices dentro de los colores,
obraremos prudentemente evitando todo trato y discusión con personas
que tienen algún trazo verde entre su anaranjado, puesto que sólo
saben ver «blanco y negro» y les faltan imaginación,
percepción y discernimiento para darse cuenta de que hay matices de
conocimiento, de opinión, así como de color.
Las personas afectadas por el verde-anaranjado no acaban nunca de
argüir, sólo por el gusto de argüir, sin que les preocupe si
sus argumentos son verdaderos o falsos; para ellos, la cosa está en
el argüir sin parar.
Amarillo
Un amarillo dorado indica que su posesor está dotado de una
naturaleza muy espiritual. Todos los grandes santos tienen halos de oro
alrededor de sus cabezas. A mayor espiritualidad, más brillo de aquel
amarillo dorado. Haciendo una digresión, añadiremos que todos los
que poseen una extraordinaria espiritualidad, también tienen el
añil en su aura; pero ahora se habla del amarillo. Todos cuantos
ostentan este color se hallan en buena salud espiritual y moral. Siguen
rectamente por la Senda, y de acuerdo con su exacto matiz de amarillo,
tienen muy poco que temer. Una persona dotada de un amarillo brillante
puede estar completamente segura; si el amarillo es degradado (como el
color de algunos malos quesos), que es cobarde por naturaleza; de esos
que la gente dice «es amarillo». Es muy común que se vea el
aura de las personas, y muchos de esos dichos populares se hallan en
todas las lenguas desde tiempos atrás. Pero un amarillo feo es signo
de ser una mala persona; uno que tiene miedo continuamente de todo. Un
amarillo rojizo no es del todo favorable porque indica una timidez
mental, moral y física. Las personas con ese color cambiarán una
religión por otra, siempre en busca de algo que no se puede alcanzar
en cinco minutos. Les falta voluntad de permanencia; no pueden fijarse
en nada si no unos breves momentos. Una persona que tenga el amarillo
rojizo y el rojo castaño en su aura, siempre corre en pos del sexo
opuesto, siempre sin sacar nada. Merece ser notado que una persona
pelirroja y que tiene el rojo amarillo en su aura, será muy
combativa, muy agresiva y muy llevada a interpretar toda observación
que se le haga como un insulto personal. Esto se refiere particularmente
a los que tienen el pelo rojo y el Cutis rojizo y a menudo pecoso.
Muchos de esos matices amarillentos y rojizos indican que la persona que
los tiene está afligida por un gran complejo de inferioridad. Cuanto
más rojo haya en el amarillo, mayor será este complejo. Un
amarillo tirando a castaño denota pensamientos muy impuros y un pobre
desarrollo espiritual. Muchos individuos de esta calaña o catadura
poseen este rojo-castaño- amarillo y, en el caso de ser
particularmente malo, se les añade como una argamasa verde que mancha
con puntos el aura. Son gente que casi nunca pueden ser salvados de su
propia demencia.
Todo amarillo tirando a castaño indica pensamientos impuros y que la
persona afectada por este color no conserva siempre la senda recta y
breve. Por lo que hace a la salud, el amarillo verdoso es signo de
padecimientos del hígado. Cuando este color gravita hacia un
amarillo-castañ o-rojizo, significa que los males son principalmente
de naturaleza social. Una persona aquejada de una enfermedad social
invariablemente tiene una zona de castaño oscuro y amarillo,
también oscuro, alrededor de sus caderas. A menudo dicha zona está
moteada con algo que parece polvo colorado. Con el color castaño que
se va pronunciando cada vez más sobre el amarillo, y a veces
mostrando franjas dentadas, nos damos cuenta de que la persona está
enferma de la mente. Un individuo que posee una doble personalidad (en
el sentido de la psiquiatría) muy frecuentemente presenta la mitad
del aura de un amarillo azulado y la otra de un amarillo tirando a
marrón y a verde. Es una combinación absolutamente desagradable.
El amarillo dorado puro, con el cual hemos dado principio a esta
sección, debe ser siempre cultivado. Puede ser alcanzado por una
continua pureza de pensamientos y de intenciones. Todos tenemos que
pasar por el amarillo brillante antes no hagamos nuevos progresos por la
senda de la evolución.
Verde
El verde es el color de la curación, de la enseñanza y el del
crecimiento físico. Muchos grandes médicos y cirujanos tienen una
abundancia de verde en su aura; también de rojo y, cosa curiosa,
ambos colores se mezclan armoniosamente y sin discordia entre sí. El
rojo y el verde, cuando se ven el uno al lado del otro, en diversas
materias, muchas veces chocan e irritan; pero, situados en el aura,
gustan. Verde con una cantidad proporcionada de rojo indica un gran
cirujano, un hombre muy competente. El verde, solo sin el rojo, un
médico muy eminente que conoce su profesión; o una enfermera, cuya
vocación es su profesión y sus amores. El verde, mixto con una
dosis proporcionada de azul, anuncia éxitos en la enseñanza.
Algunos grandes profesores tienen el verde en sus respectivas auras y
franjas o estrías de un azul movedizo, una especie de azul
eléctrico, y muchas veces, entre el azul y el verde hay pequeñas
tiras de amarillo-dorado que indican que el profesor es de aquellos que
se preocupan cordialmente por el bienestar de sus discípulos y tienen
la necesaria altura espiritual para enseñar los temas más
elevados.
Todo cuanto tiene que ver con la salud de las personas y de los animales
se traduce por una elevada cantidad de verde en la composición de sus
auras. No se llega al nivel de los más grandes cirujanos o
médicos; pero todo el mundo, no importa cuál, si tratan de la
salud de las personas, de los animales o plantas, tienen una cierta
cantidad de color verde en sus auras. Parece como la insignia de su
profesión. El verde no es, con todo, el color dominante; casi siempre
se halla subordinado a otro color. Es un color benéfico e indica que
el que lo posee con abundancia es una persona amistosa, compasiva y
considerada para con los demás. Si un individuo presenta un
verde-amarillento, de todos modos no podemos fiarnos de él, y en la
medida misma de la mezcla de un amarillo desagradable con un verde
repugnante, asimismo será la confianza que nos merezca. Los timadores
tienen una aura verde-amarillenta (son gente que sabe hablar a sus
víctimas de una manera amable y luego les quitan engañosamente el
dinero). Tienen una especie de argamasa verde a la cual se une su
amarillo. A medida que el verde tiende al azul — generalmente un
agradable azul celeste o azul eléctrico — más digna de
confianza es una persona.
Azul
Este color, a menudo se describe como el del mundo espiritual.
También denota habilidad intelectual como cosa distinta de la
espiritualidad; pero, naturalmente, tiene que ser, dicho azul, del matiz
justo; con este matiz es un color ciertamente muy favorable. El
etérico es de un tinte azulado, un azul parecido al que exhalan los
cigarrillos antes de ser aspirados y expirados por la boca, o
también, el humo de la leña ardiendo. Cuanto más brillante sea
el fuego, más vigorosa la salud de la persona. El azul pálido es
el color de las personas que tienen que ser empujadas para que adopten
cualquier decisión de provecho. Un azul más oscuro es el de una
persona que está haciendo progresos, que es laboriosa. Más oscuro
indica una persona hábil en las tareas de la vida y que ha encontrado
ciertas satisfacciones en su trabajo. Esos azules más oscuros se
hallan a menudo entre aquellos misioneros que lo son en virtud de una
«vocación» decidida. No se hallan entre aquellos otros
misioneros que no pasan de aspirar a una tarea que puede permitirles
dar, tal vez, la vuelta al mundo con los gastos pagados. Podemos juzgar
a las personas por el vigor de su amarillo y la oscuridad de su azul.
Añil
Vamos a clasificar el añil y el violeta dentro de la misma
categoría, dado que sus matices se confunden y se pasa
insensiblemente del uno al otro y muy frecuentemente dependen entre
sí. Las personas que ostentan dicho color en su aura de una manera
manifiesta, son gente de profundas convicciones religiosas, que no se
contentan con profesar exteriormente una religión. Esto constituye
una gran diferencia; algunas personas dicen que son religiosas; otras
dicen creen serlo; pero hasta que no se sea capaz de ver con certitud su
aura, no se puede decir de ellas nada que sea seguro. Si una persona
tiene un toque rosado en su añil, ésta será quisquillosa y
desabrida, sobre todo para con las personas que se encuentren bajo la
dependencia de dicho sujeto. El tinte rosado en el añil es un toque
degradante, roba una porción de su pureza al aura. De pasada, digamos
que las personas que presentan colores añil, violeta o morado en sus
respectivas auras padecen trastornos del corazón y desórdenes del
estómago. No les sientan bien ni los fritos ni la comida, por poco
grasienta que sea.
Gris
El gris es un modificador de los colores del aura. En sí, carece de
significación, excepto la de que la persona está muy poco
evolucionada. Si la persona a quien contemplamos no está
evolucionada, presenta normalmente grandes franjas y manchas de gris;
pero, corrientemente, nunca miraréis el cuerpo desnudo de una persona
sin evolucionar. El gris, en un color, delata una debilidad de
carácter y una pobreza general de salud. Si alguien tiene zonas
grises sobre algún órgano, eso indica un peligro de fallo de la
salud de éste, o ya está enfermo y hay que curarlo inmediatamente.
Una persona con una espesa y dolorosa jaqueca, tendrá una nube como
de humo gris que le atraviesa el halo o nimbo, y no importa de qué
color sea éste, sus pulsaciones seguirán el ritmo de las punzadas
de la jaqueca que le aflige.
LOBSANG RAMPA
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