miércoles, 17 de diciembre de 2008

LA ADIVINACIÓN DEL FUTURO Y LA CIENCIA

Hace pocas semanas hizo noticia un descubrimiento en la universidad de Oxford que confirma una polémica teoría sobre el espacio y el tiempo.
La teoría de los “Muchos mundos” (Many Worlds), presentada a la comunidad científica hace exactamente 50 años, propuso que existe un número infinito de realidades: una para cada posible escenario producto de cada decisión que cada ser viviente toma en cada momento de su vida.
Esto nos lleva a un escenario con tantos universos como decisiones e interacciones posibles, multiplicado por tantos seres vivientes como existan. La teoría de los Muchos mundos se planteó como una respuesta al extraño comportamiento que tiene la materia a nivel subatómico.
En la primera mitad del siglo 20 la ciencia permitió por primera vez observar lo muy pequeño, y la realidad a ese nivel dejó perplejos a los científicos.
En esas dimensiones hay paradojas que chocan contra el sentido común, como por ejemplo el hecho de que una partícula subatómica puede estar en dos sitios al mismo tiempo.
Esta revista puede estar en sus manos o en el librero, pero no puede estar en sus manos y en el librero al mismo tiempo.
La física cuántica empezó a enseñarnos que no debemos estar tan seguros de las reglas del espacio y del tiempo, que hasta ese entonces parecían muy confiables e invariables.
Teorías locas
Luego de 50 años de lanzada, la teoría de los Muchos mundos cobra actualidad gracias a David Deutsch, profesor de la Universidad de Oxford, quien ha encontrado un planteamiento que hace viable matemáticamente la teoría de los Muchos mundos.
De manera que a partir de ahora podemos empezar a considerar seriamente la hipótesis de que existen varias realidades transcurriendo a la vez.
Este descubrimiento podría reabrir el debate de conceptos actualmente relegados al campo de la superstición o el misticismo, como por ejemplo la adivinación del futuro.
Las mentes científicas suelen pensar que adivinar el futuro es imposible, pero en el mundo de los Muchos mundos, quien adivina el futuro sería simplemente alguien con la capacidad de visualizar algo que ya existe en un universo paralelo.
Según Gonzalo Arcos, director de la Gran Fraternidad Universal en Ecuador, adivinar el futuro es una capacidad que muchas personas podrían desarrollar pero que algunos tienen de manera natural.
La primera paradoja
Es imposible hablar de adivinación del futuro sin encontrarse con paradojas como ésta: ¿qué ocurre si un vidente me dice que esta semana seré víctima de un asalto y por eso decido no salir de casa? ¿Fue incorrecta entonces su visión? Aplicando la teoría de los Muchos mundos no.
Un vidente puede tener una visión del futuro, pero siempre habrá un margen para alterar ese futuro. En el ejemplo del asalto, existe un universo en el que yo salgo de mi casa y me asaltan, y existe otro en el que no salgo de casa y no me ocurre nada malo.
Quienes han evitado una desgracia gracias a una información proporcionada por un psíquico saben de lo que estoy hablando.
Mentes lógicas
Muchas personas han tenido experiencias directas o indirectas que implican anticipación a hechos futuros, lo cual podría dar a pensar que el destino está escrito.
Y es en este tema donde surge una de las paradojas que más limita la viabilidad lógica de la adivinación del futuro: si el destino está escrito, ¿cuál es el espacio para la libertad de acción que creemos tener? Necesitamos cuestionar la idea de que el destino esté escrito porque sentimos profundamente que somos seres libres.
Sin embargo, la teoría de los Muchos mundos tiene una solución para esta paradoja, pues allí donde existen muchas realidades en nuestro futuro, una acción u otra desembocará en un futuro o en otro, pero todos los futuros siempre habrán existido.
Visto bajo esa óptica, los profetas vendrían a ser personas con la capacidad de pronosticar los escenarios futuros más probables. Pero al igual que con cualquier pronóstico, con las visiones del futuro tampoco podemos estar seguros.
El tema de la adivinación del futuro es complejo y requiere un análisis más profundo, pero por lo pronto baste especular qué es lo que esta interesante teoría puede aportar a la comprensión de un fenómeno muy común pero analizado pocas veces con seriedad.

Reflexiones adicionales
Lo primero que hay que aclarar es que la teoría de los Muchos mundos no es aceptada por todos los físicos. Según David Raub, en un sondeo realizado entre 72 científicos líderes del ramo, el 58% de ellos acepta la interpretació n de los Muchos mundos como correcta (http://www.hedweb.com/manworld.htm).
Este sondeo fue realizado hace más de diez años, cuando nuevos elementos de juicio, como el descubrimiento matemático de Deutsch aún no entraban en escena.
Entre los científicos sondeados que aceptan la teoría están Stephen Hawking y los premios Nóbel Murria Gell-Mann, Richard Fenymann y Steven Weinberg.
Cuando se trata de temas de difícil verificación en laboratorio, es muy poco probable que todos los científicos se pongan de acuerdo en algo. Hay descubrimientos, como el efecto que hace una droga en ratas de laboratorio, que pueden ser reproducidos experimentalmente una y otra vez en laboratorio, de manera que es casi imposible oponerse.
El problema es cuando entramos a conceptos más intangibles como tiempo y espacio, o cuando los científicos van más allá de las simples observaciones y empiezan a elaborar conjeturas.
En esa área, a la que pertenece la teoría de los Muchos mundos, es inevitable que haya un margen de especulación, y es allí donde siempre habrá algunos científicos que, tal vez por temor a creer en algo falso, prefieran mantener escepticismo.
El escepticismo es sano si lo contrastamos con la actitud ingenua de creer en todo lo que se oye. Pero el extremo de aceptar sólo lo que puede ser realizado en laboratorio y repetible una y otra vez tampoco será cercano a la verdad, porque hay fenómenos o realidades que por su propia naturaleza no pueden ser sometidas a exámenes de laboratorio y repetidas con los mismos resultados.
A muchos científicos les molesta lo ambiguo que se vuelven las especulaciones sobre las implicaciones de las observaciones científicas. En nuestro caso estamos partiendo de un hecho observable: que la materia a nivel subatómico no respeta las reglas del espacio y del tiempo tal como las conocemos.
Pero las implicaciones siempre van a ser eso: implicaciones. De manera que muchos científicos preferirán cerrar la caja de pandora y simplemente concentrarse en aspectos más objetivos de la práctica.
Pero otros científicos han sido más sueltos de huesos a la hora de insistir en la responsabilidad de la ciencia como un ente llamado no sólo a anotar observaciones sino a interpretarlas y relacionarlas a la vida humana.
En http://everythingforever.com/everett.htm hay una buena explicación a fondo de la teoría de los Muchos mundos en inglés. En http://the-metacritic.blogspot.com/2007/07/no-importa-cuntas-veces-me-pase-el.html hay otra traducida al español.
Otra más en http://www.valdostamuseum.org/hamsmith/ManyWorlds.html
Un personaje importante en esta historia es David Deutsch, el científico de Oxford que descubrió la verificación matemática de la que hablamos en el artículo principal.
Deutsch ha venido investigando desde hace varios años la teoría de los Muchos mundos, y se puede leer sobre él en http://www.qubit.org/people/david/Articles/Frontiers.html, y sobre sus teorías en http://www.qubit.org/people/david/index.php?path=Parallel%20Universes.
Deutsch es la persona responsable de haber establecido los fundamentos teóricos de la quantum computer (computadora cuántica), el modelo informático que gobernará el mundo de las computadoras en la próxima década. Es una persona muy interesante.
En el año 1997 Deutsch escribió un libro, llamado The Fabric of Reality (La materia de la realidad), sobre este tema. Una reseña en http://en.wikipedia.org/wiki/Fabric_of_Reality
Wikipedia hace un recuento técnico bastante completo del tema en http://en.wikipedia.org/wiki/Many-worlds_interpretation, aunque también está en inglés. Hacia al final de la página hay material comprensible para no-técnicos sobre las implicaciones de esta teoría

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