Demiurgo
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El demiurgo, en la filosofía gnóstica, es la entidad que sin ser necesariamente creadora es impulsora del universo y alma universal. También es considerado un dios creador del Mundo y autor del universo en la filosofía idealista de Platón y en la mística de los neoplatónicos.
Una de las representaciones del demiurgo es la cara de león: una deidad con cabeza de león encontrada en una gema gnóstica, en «La Antigüedad explicada y representada en figuras» de Bernard de Montfaucon, la cual puede tratarse de una representación de demiurgo.
Demiurgo significa literalmente: maestro, artesano; en sentido figurado: creador, hacedor.
Contenido
1 Significación platónica
2 Gnosticismo
3 Hegel
4 Cioran
5 Véase también
6 Enlaces externos
Significación platónica
Según el mito de Platón al principio en el universo sólo había:
materia, informe y caótica,
ideas, que son perfectas,
el demiurgo, una divinidad,
espacio.
Platón nos cuenta que el demiurgo se compadece de la materia y copia en ella las ideas, obteniendo con ello los objetos que conforman nuestra realidad. De esta forma explicaba la separación entre el mundo de las ideas que son perfectas y el mundo real (material) que siendo imperfecto participa como una copia de la perfección. Esta copia responde a la anterior forma de revisar la esencia en el ser la cual es indicada como fallida e insostenible.
Gnosticismo
El concepto platónico del demiurgo es retomado por el gnosticismo, identificándolo con Jehová como el creador de la materia. Pero lo que en el platonismo era imperfección en el gnosticismo se transforma en maldad. El Universo era para los gnósticos una gradación, desde lo más sutil (Dios) hasta lo más bajo (la materia). Así el demiurgo como creador y ordenador del mundo material, se convierte en encarnación del mal, aprisionando a los hombres y encadenándolos a las pasiones materiales.
El Espíritu es la única parte de divinidad que le corresponde al ser humano, librando este una "batalla" permanente frente al cuerpo y lo material, transformando así la tierra en el infierno, entendiendo por infierno no el concepto del Hades o del inframundo sino, simplemente, el lugar más alejado de Dios. Tan sólo la sophia, la sabiduría, la gnosis, llega por amor, desde lo sutil hasta la tierra para librar al ser humano de la esclavitud de la materia. La salvación no es una cuestión de creencia o de piedad divina, sino que se convierte en una revelación, sólo posible para aquellos que aún no han perdido del todo lo poco de divinidad que todos los seres humanos poseen
El Demiurgo es el ser divino que, según la teología platónica, produce el Universo.
Una de las representaciones del demiurgo es la cara de león: una deidad con cabeza de león encontrada en una gema gnóstica, en «La Antigüedad explicada y representada en figuras» de Bernard de Montfaucon, la cual puede tratarse de una representación de demiurgo.
Demiurgo significa literalmente: maestro, artesano; en sentido figurado: creador, hacedor.
Contenido
1 Significación platónica
2 Gnosticismo
3 Hegel
4 Cioran
5 Véase también
6 Enlaces externos
Significación platónica
Según el mito de Platón al principio en el universo sólo había:
materia, informe y caótica,
ideas, que son perfectas,
el demiurgo, una divinidad,
espacio.
Platón nos cuenta que el demiurgo se compadece de la materia y copia en ella las ideas, obteniendo con ello los objetos que conforman nuestra realidad. De esta forma explicaba la separación entre el mundo de las ideas que son perfectas y el mundo real (material) que siendo imperfecto participa como una copia de la perfección. Esta copia responde a la anterior forma de revisar la esencia en el ser la cual es indicada como fallida e insostenible.
Gnosticismo
El concepto platónico del demiurgo es retomado por el gnosticismo, identificándolo con Jehová como el creador de la materia. Pero lo que en el platonismo era imperfección en el gnosticismo se transforma en maldad. El Universo era para los gnósticos una gradación, desde lo más sutil (Dios) hasta lo más bajo (la materia). Así el demiurgo como creador y ordenador del mundo material, se convierte en encarnación del mal, aprisionando a los hombres y encadenándolos a las pasiones materiales.
El Espíritu es la única parte de divinidad que le corresponde al ser humano, librando este una "batalla" permanente frente al cuerpo y lo material, transformando así la tierra en el infierno, entendiendo por infierno no el concepto del Hades o del inframundo sino, simplemente, el lugar más alejado de Dios. Tan sólo la sophia, la sabiduría, la gnosis, llega por amor, desde lo sutil hasta la tierra para librar al ser humano de la esclavitud de la materia. La salvación no es una cuestión de creencia o de piedad divina, sino que se convierte en una revelación, sólo posible para aquellos que aún no han perdido del todo lo poco de divinidad que todos los seres humanos poseen
El Demiurgo es el ser divino que, según la teología platónica, produce el Universo.
El Demiurgo produce las cosasnaturales: contemplando las Ideasy utilizándolas como modelos intenta plasmarlas o realizarlas en la materia, del mismo modo que un artesano intenta fabricar una mesa viendo el dibujo de una mesa. La materia informe y las Ideas son, por tanto, anteriores a la acción del Demiurgo, lo que muestra la distancia de esta concepción respecto del punto de vista cristiano para el cual Dios crea el mundo de la nada. A pesar de todo, el Demiurgo, igual que el Dios cristiano, tiene una dimensión providencial pues produce las cosas naturales introduciendo en éstas una finalidad, aspiración o apetito queles lleva a buscar siempre su propia perfección o bien.
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