LOS ANIMALES, NUESTROS HERMANOS MENORES...(II)
Francisco Nieto
Las Almas y Espíritus-grupo actúan con los animales de igual forma que lo hace nuestro
verdadero Yo o Ego respecto a los cuerpos que utiliza para manifestarse como una
personalidad, es decir Él les procura o forma sus cuerpos (con la ayuda de los Ángeles y
otros colaboradores) para luego conectar esa vida a ellos y así evolucionar gracias
a su expresión en el mundo físico y en las circunstancias que les rodeen. De esta manera
y al igual que nuestro verdadero Yo y sus cuerpos de expresión (nosotros como personas)
el Espíritu grupo evoluciona a la vez que lo hace esa vida que cada vez se hace más
independiente. Es el Espíritu grupo quien, en cada cuerpo que renace esa vida, es
responsable de su desarrollo y de procurarle los medios más convenientes para su
adaptabilidad y progreso. También podemos asegurar que cada vida animal es una
conciencia dentro del Alma-grupal, y por eso y en cierto modo, sienten el dolor que
se les causa a los animales. Esta es la razón por la que todos los miembros de una
misma especie se comportan de igual manera, es el Espíritu-grupo quien les guía.
Es el Espíritu-grupo quien les conduce mediante una especie de sugestión
para que obtenga el mayor provecho posible de las circunstancias.
El Espíritu-Grupo es el que hace que cada especie tenga determinado cuerpo, garras,
pelo, uñas y todo lo demás; que se adapten a los climas, ambientes y circunstancias; los
que guían para que construyan (hormigueros, conchas, nidos, etc.); los que hacen
que vean o perciban el mundo físico desde su conciencia interna; los que hacen
que se independicen y que tengan cada vez más conciencia propia gracias a la cada
vez más diversidad de razas dentro de una misma especie; los que evolucionan ellos
mismos gracias a las especies que guían cambiado su forma y conciencia como lo
hacemos nosotros desde que nacemos hasta que morimos; es el Espíritu-Grupo quien
advierte o hace presentir del peligro a un animal, y así sucesivamente hasta que el
hombre tome conciencia de todo este conocimiento oculto y ayude al Espíritu-Grupo
a acelerar el proceso de individualizació n de los animales.
Se dice que nosotros hemos obtenido la conciencia del mundo físico (de vigilia) gracias a un
proceso similar con los otros cuerpos y en los mundos superiores y a la ayuda de las Jerarquías,
y todo para adaptarnos a este mundo (como el ojo se adapta a la luz o a la oscuridad) y
aprender a construir nuestros cuerpos para desarrollar una conciencia superior. Eso es
exactamente lo que ocurre con los animales guiados por el Espíritu-Grupo con la diferencia
de que nosotros hemos obtenido la autoconciencia y ellos están compenetrados por la
conciencia de un Espíritu o Arcángel que es quien dirige su evolución. Por eso nosotros
vemos las cosas directamente “desde dentro” y los animales lo perciben a través del
Espíritu–Grupo (sin entrar dentro del cuerpo) como una conciencia pictórica similar a las
imágenes de nuestros sueños; así, si el animal percibe algo que le causa miedo, el Espíritu
hace que se proteja o defienda. La conciencia independiente del hombre permite cada vez
menos influencias sugestivas, mientras que los animales son sugestionados constantemente
por el Espíritu-grupo. Hasta que el animal no obtenga el germen de la mente y lo desarrolle
hasta el punto de discernir no será igual que nosotros y eso será cuando el hombre sea
superhumano, y los Ángeles sean Arcángeles y los vegetales animales. Llegará el día
en que, como dice la Biblia, el león pastará con el cordero y el niño jugará con las
serpientes, pero para eso debemos comenzar por dejar de maltratar a los animales,
ayudarles de todas las formas posibles a nuestro alcance y, progresivamente,
dejar de comer carne animal para evitar las matanzas que impiden su evolución.
El concepto de que los animales tienen Alma que en algunos países aún mantienen les
diferencia enormemente de los que creen que no la tienen, y es que, la razón principal de
esto, radica en que esos países aún mantienen la sabiduría antigua que hace que el ser
humano sienta compasión por nuestros hermanos menores. Por ejemplo, la gran mayoría
de los supervivientes atlantes fueron dirigidos hacia oriente donde, países como la India,
todavía conservan muchas enseñanzas antiguas. Por el contrario, las razas y subrazas
que han progresado más gracias a la investigación, manejo y transformació n del mundo
material, se olvidaron hace mucho de esa sabiduría antigua; así es que, es a partir de la edad
media, cuando más poder tiene el cristianismo católico, cuando occidente se olvida
totalmente de que el animal tiene esa especie de Alma y comienza a
tratarle como a una especie de ser autómata.
Algunos filósofos griegos no llegaron a afirmar que el animal tenga un Alma como la nuestra
pero sí les consideraban animados por una especie de espíritu que les hace evolucionar.
Pero el mismo materialismo que puso a occidente en la cabeza de la investigación y
desarrollo del mundo físico, también hizo que olvidara una sabiduría antigua que
hubiera sido un complemento ideal para su desarrollo espiritual. Así tenemos que
oriente mantiene al reino animal como algo espiritual creado por Dios, mientras que
en occidente se les considera un grado inferior al nuestro creyendo que eso nos da
derecho a hacer lo que queramos con ellos. Esa es la gran diferencia de conservar
o no dicha sabiduría y occidente ya olvidó esa enseñanza hace mucho tiempo,
sin embargo, hay que reconocer que ya están manifestándose las primeras voces en
defensa de los animales como fruto de su evolución espiritual y aun sin
ser conscientes de esa sabiduría antigua.
Pero ¿Cuál es el motivo principal por el que occidente ha llegado a tal materialismo que
haya actuado así respecto a los animales? Pues ni más ni menos que el materialismo
que hace que nos fijemos en lo externo y no en lo interno. Es cierto que un animal de
una especie es igual (en la forma) a otro de la misma especie pero, como todo en el
universo y en nuestro planeta, hay una evolución que termina llevando a esa vida a
ser algo más que un autómata, o sea a ser hombre. Dentro de una misma especie de
perros hay perros más evolucionados (buenos, obedientes, inteligentes…) que otros y
eso, como en el ser humano, no es fruto de que Dios diga: “A éste le voy a dar una vida
plenamente dichosa mientras que a otro le haré un desgraciado toda su vida.” No estoy
diciendo que los animales tengan una vida basada en el karma de sus anteriores vidas
pero sí que los espíritus que guían a los animales lo hacen de manera que aprendan
todo lo que puedan en cada vida para que, en algún momento de su evolución futura
como vida, pueda obtener una autoconciencia y convertirse en un “Yo”, en un ser
humano. Y es que la evolución, como los niños en guarderías, colegios, institutos y
universidades, lleva a las vidas evolucionantes que habitan los reinos inferiores a
desarrollarse a través de las formas y como conciencias.
Si nos fijáramos en el aspecto interno de los animales veríamos que lo que algunos
llaman automatismo no es otra cosa que cierta sabiduría interna. Nosotros tenemos que
esforzarnos por aprender a ser constructores con la materia física mientras que ellos
parece que ya traen la lección aprendida, y si no, ¿dónde y cómo aprende la abeja, el
castor, la hormiga, etc., a hacer todo lo que saben hacer? El hombre es capaz de
construir máquinas que trabajan con gran precisión porque es un Alma individual
pensante que lleva evolucionando como tal millones de años, pero algunos animales
son muy precisos y aparentemente inteligentes en sus trabajos desde que nacen sin
ser aún un alma independiente ¿cuál es la diferencia? El hombre también pasó
por una etapa similar a la de los animales antes de reconocerse a sí mismo como un
Yo independiente (antes de, como señor, introducirse dentro de su cuerpo físico)
también hacía cosas precisas como un autómata y también aprendía del mundo
externo y de las experiencias pero no fue consciente de ello hasta que llegó a tal
grado de desarrollo (como vida evolucionante a través de diferentes cuerpos) de
“conciencia” que, los seres que le habían guiado y otros superiores, le facilitaron
el germen de la mente y se auto reconocieron como una conciencia individual.
Las fuerzas internas o “sabiduría” que decimos que tienen los animales también las
tuvo el hombre, pero en vez de utilizarlas como ahora las puede utilizar una abeja
para construir su colmena, el hombre las utilizó para autoconstruirse internamente,
es decir, para hacer los trabajos necesarios que le permitieran andar erguido, hablar
y pensar; y todo esto sin dejar de ser una vida evolucionante guiada por otros Espíritus
(jerarquías: Ángeles, Arcángeles…) como lo
son los animales ahora. Así podemos comprender que nosotros hemos aprendido y
seguimos aprendiendo por propio esfuerzo individual pero conservando la sabiduría
internamente vida tras vida, mientras que los animales están aprendiendo a identificase
y a experimentar en el mundo físico para compenetrarse con la forma y desarrollar una
conciencia que en el futuro les hará humanos como nosotros.
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