sábado, 19 de junio de 2010

APUNTES SOBRE EL EGO Y EL MECANISMO DE LA MENTE

Francisco Nieto



El Ego es algo así como el representante del verdadero Espíritu o Chispa Divina diferenciada


EN y POR Dios; es el Alma como resultado de las experiencias de la Vida Divina en los mundos

inferiores; es el que recoge la quintaesencia de cada vida o renacimiento gracias a lo cual el

hombre tomará conciencia de Él a la vez que Él (el Ego) se identifica cada vez más con el Espíritu.

Por tanto, es un ser divino en su esencia pero pendiente del desarrollo necesario que le haga tan

puro y perfecto como para identificarse con Dios. Su desarrollo depende de las experiencias que

obtenga en sus cuerpos físicos y superiores a través de los mundos donde experimenta y

desarrolla sus poderes latentes pero, normalmente, se le identifica como pensamiento individual

o como el pensador. Sin embargo, su situación está por encima de la mente concreta con la que

razonamos, el Ego está en las regiones superiores o abstractas del Mundo del Pensamiento y por

eso, el hombre, la personalidad razonadora, anhela la unión con algo superior que, además de

con nuestro Padre, también lo es con nuestro Ego. Según se desarrollan los poderes del Espíritu

más se vive la vida interna y más se anhela la verdadera unión espiritual, de ahí la oración y

la aspiración del hombre que ya ha tenido algún vislumbre de lo que es la vida superior.

La unión con Dios en cada uno de nosotros (con nuestro Ego o Yo superior) es similar

a la unión que debe conseguir el Ego respecto al Espíritu, pero nada de

eso se conseguirá sin el esfuerzo, sacrificio y buena voluntad por parte nuestra.

Lo que nosotros creemos que somos como verdaderos Egos es una pequeñísima parte

de lo que en realidad es el Ego en su propio plano, lo que ocurre es que aún no hemos desarrollado

su conciencia en nosotros. Por eso no deberíamos pensar en elevarnos hacia Él sino de abrirnos

a su influencia puesto que somos Él. Deberíamos actuar como Egos sabiendo que, cuando

tengamos plena conciencia de él, será como haber desarrollado el Cristo en nosotros; deberíamos

actuar como que nuestra vida es su vida y como que, lo que entendemos por conciencia, es su

conciencia y voluntad. La meditación, la oración, la contemplación y la adoración entre otros

ejercicios hacen que la conciencia del Ego se manifieste en el cerebro. Es una tarea muy larga,

de varias vidas, pero progresivamente, se va percibiendo su influencia porque con dichos

ejercicios se va abriendo cada vez más el canal de comunicación y transferencia.

El hombre basa sus acciones en su experiencia y en sus pensamientos, por eso se identifica

plenamente con su forma de pensar y con sus deseos, sentimientos y emociones después

de morir su cuerpo. Sin embargo, cuando alcanza las regiones superiores del Mundo

del Pensamiento, ya no es ese hombre o personalidad sino la reencarnación del

Ego, el cual, en los más atrasados, no comprende aún el sentido de la evolución ni de su ser.

En sentido general, se dice que la voluntad representa al Ego porque es una cualidad suya, es

la energía que el Ego (como pensador) manifiesta hacia el exterior o mundo físico creyendo, a

veces, el hombre que es él mismo. Esta voluntad está determinada o condicionada por

la razón, por las experiencias pasadas, por conclusiones, etc., pero no hay que confundirla

con los deseos, los que están condicionados desde fuera y dependen de los cuerpos

inferiores. El deseo, es la energía del Ego (también como pensador) dirigida hacia

afuera pero condicionado por los objetos, por eso, cuanto más atrás en la evolución

de la humanidad, el deseo dominaba a la razón y el Ego apenas podía manifestarse.

Actualmente hay una lucha en los que comenzamos a ver el verdadero sentido de

la vida y deseamos terminar cuanto antes con los renacimientos; en el futuro el Ego

impondrá su voluntad sobre el cuerpo de deseos y solo “desearáâ€� lo que sabe

que necesita para acelerar la unión con el Espíritu.

Para que algo exista ha debido ser creado y debe tener un origen, así, todo lo creado por el

hombre ha tenido su origen en su mente; el verdadero Yo, el Ego, crea la idea que se

manifiesta como una forma de pensamiento, la cual formamos después con materia física. Pero,

en realidad, el Ego, como resultado de la evolución de la vida a través de la forma, no es

normalmente un creador en el sentido que comúnmente entendemos. El creador de los Mundos

donde evolucionamos (Dios) también tiene Su Mente y es de esta Mente de donde

surge el Mundo del Pensamiento, de donde, en realidad, nuestro Ego capta las ideas o

arquetipos existentes en las regiones superiores. Todo el Plan de Dios se encuentra en

esos arquetipos creados por las Jerarquías superiores que colaboran con Él (los

Siete Espíritus ante el Trono) por tanto, todo el desarrollo pasado y futuro de la humanidad

y todas sus creaciones tienen su origen en la mente Creadora de Dios. Por consiguiente,

aunque el Ego envíe un sinfín de vibraciones mentales desde estas regiones arquetípicas o

abstractas del Mundo del Pensamiento, el cerebro solo puede o suele reproducir una pequeña

cantidad para luego darles forma con la mente concreta y crear las formas físicas. Por

lo general, solo los cerebros muy activos y receptivos suelen captar mayor número de

“ideasâ€� dando así muestras de poder mental y genialidad. Así es que, las facultades mentales

de cada persona representan el grado de sensibilidad que tiene su cerebro respecto

a las vibraciones mentales que su Ego envía. Podríamos decir que las palabras

representan los símbolos de las imágenes mentales que forma el cerebro bajo

la acción de la mente concreta, sin embargo, la mente abstracta, es decir, lo que

expresa el Ego desde las regiones superiores del Mundo del Pensamiento,

pertenece a la razón pura, y eso no se puede expresar con palabras.



LO QUE HACEMOS EN EL MUNDO ABSTRACTO DESPUÉS DE MUERTO:

Al igual que abandonamos el cuerpo de deseos después de haber extraído el beneficio o

quintaesencia de los resultados de nuestra manera de sentir, de nuestras emociones, deseos, etc.,

cuando vamos a pasar a las regiones superiores del Mundo del Pensamiento, también

abandonamos el cuerpo mental. Una vez asimilada la esencia de las experiencias de la

vida física y de deseos ahora toca llevarse también el resumen de lo que expresamos por

medio de la mente. Y es en estas regiones abstractas del Mundo del Pensamiento donde,

junto a los átomos simiente de los diferentes cuerpos y con la “menteâ€� del Ego, permanece éste

en estado latente hasta que llegue la hora de renacer de nuevo. Esta esencia de la vida

anterior queda guardada en el cuerpo causal, (el cuerpo que utiliza el Ego en esas

regiones) para que pueda, o mejor dicho, intente el Ego expresar en la personalidad

los grados de desarrollo que ha adquirido. Es entonces cuando los humanos

más o menos desarrollados perciben cierta influencia de la conciencia del Ego.

Como podemos ver, el único ser que existe después de cada vida es el Ego, el pensador que

en cada renacimiento crea una nueva personalidad como un árbol en cada primavera hace

brotar hojas nuevas. Así el hombre es, en cada vida, un nuevo actor que renace con cierta

comunicación con la esencia de las vidas pasadas guardadas en la “memoriaâ€� del Ego,

lo que se convierte en la conciencia del yo terrenal que en infinidad de ocasiones no

escucha a su Yo superior y actúa en contra de su voluntad. El error por parte del hombre

en cada renacimiento es identificarse con la personalidad (cuerpo físico, cuerpo de deseos

y mente) y cuando esta personalidad en fuerte y tiene sus gustos, hábitos, deseos materiales,

etc., el hombre actúa como tal y no como la herramienta del verdadero Yo superior. De

ahí que el hombre prefiera buscar una vida llena de lujos, de disfrute de los placeres o,

aunque sea, de goce de los bienes materiales antes que la humildad, la fraternidad y

que todas las virtudes que el Ego desea desarrollar.

No se suele comprender ni siquiera entre los aspirantes de ocultismo,

que lo que el Ego trata de conseguir a través de la personalidad es desarrollar sus poderes

latentes, lo que, a su vez, permite que, éste, manifieste una personalidad y una vida cada

vez más elevada y placentera. Por el contrario, algunos, no solo comprenden esto sino

que, además, intentan cumplir los “deseosâ€� de su Yo superior porque saben que están

acelerando su desarrollo espiritual y sentando las bases de la futura vida. Evidentemente,

esto lleva consigo una actitud altruista, amorosa y fraternal respecto al prójimo a la vez que

el individuo se olvida de sí mismo. Que nadie piense que el Ego es malo porque el mal no le puede

afectar, puesto que, como sabemos, no pasa de las regiones inferiores del Mundo del Deseo o

Purgatorio. Es cierto que esas regiones se reflejan en las inferiores del Mundo del Pensamiento

en sentido mental pero, aún así, no alcanzan al Ego que está por encima de esas regiones. A la

inversa, como todo lo positivo que hay en las regiones superiores del Mundo del Deseo

(Primer Cielo) se refleja en las superiores del Mundo del Pensamiento, lo único que le

afecta de cada personalidad es lo bueno. Cuando en una vida se han desarrollado de

una forma clara y definida una serie de cualidades, el Ego intentará manifestarlas en

la próxima personalidad. En sentido contrario, cuando hay varios renacimientos

donde no se ha progresado casi nada se produce

cierta incapacidad por parte de la personalidad para percibir lo que proceda

del Yo superior. Esto significa que cuando el Ego ha adquirido cierta cualidad, podrá

influenciar o llamar la atención del hombre para que no caiga en el vicio o maldad

contraria, mientras que si el hombre puede caer en un vicio y nunca ha

desarrollado la virtud con la que debe vencerle, lo más fácil es que caiga en él.



EL MUNDO DEL PENSAMIENTO. Como su nombre indica, es el mundo de la inteligencia y

de la mente, el cual está representado en nosotros como “razónâ€�. Pero, como es obvio, el hombre no

puede percibir todas las vibraciones de este mundo puesto que está limitado por el cerebro.

El cerebro responde simpáticamente al Mundo del Pensamiento pero no puede responder nada

más que a determinadas vibraciones por la densidad de la materia y según el karma que

lo conforme. Así es que, el Yo superior puede intentar comunicar al cerebro determinados

hechos pero el cerebro no puede percibir nada más que una pequeña parte de esas ideas y

pensamientos. De ahí que haya cerebros de diversos grados de

capacidad de respuesta como son el genio, el intelectual, el poco desarrollado

o el idiota o totalmente inculto.

Este mundo está compuesto de siete subdivisiones como todos los demás, a su vez, se

divide en dos grandes regiones, llamándose la superior “abstractaâ€� y la inferior “concretaâ€�.

Aquí trabaja el Ego respondiendo a las impresiones del mundo físico sobre el cerebro y

creando ideas que se convierten en pensamientos forma cuando se rodean de materia mental

de las regiones inferiores o concretas. De hecho, podríamos considerar a la palabra como

la manera de representar o expresar lo que para nosotros serían los símbolos o arquetipos

del Mundo del Pensamiento. Digamos, como otra forma de expresarlo, que Dios tiene ideas

o crea arquetipos mentales (en las regiones superiores o abstractas) para el ser humano

y para el planeta tierra y les da forma con materia mental inferior para que tomen forma

en las regiones etéricas y físicas de nuestro mundo. De igual manera, una persona tiene

una idea, (percibe en su cerebro un arquetipo del Mundo del Pensamiento) le da forma

creando un pensamiento imagen, y cuando tiene claro el esquema de lo que desea lo

crea materialmente y decimos que lo ha inventado. Esto es lo que ocurre cuando

después de la muerte llegamos a esas regiones, el hecho de pensar es crear mentalmente,

por eso se dice que allí el propósito y el hecho es lo mismo. Pero, como es natural, la

humanidad está aún muy limitada en su acción creadora en ese mundo y lo que hacemos

allí después de la muerte es gracias a la ayuda y dirección de las varias jerarquías que

allí habitan y trabajan para ayudarnos. Aquí, al estar rodeados de nuestra propia aura

mental, todo lo que nos llega se tiñe de la naturaleza que sea, transformando

así muchas veces pensamientos forma que nos serían muy útiles.

Cuando decimos que una persona está más desarrollada nos referimos al hecho de que

está más capacitada para recibir y responder a las impresiones que proceden de ese

mundo y de los seres que vibran en ese nivel. Recordemos que nosotros estamos

rodeados y compenetrados por los mundos, por tanto, lo único que nos separa de

esas regiones mentales es que nuestra vibración mental no alcanza esos niveles,

lo que hace que no podamos percibir esos pensamientos forma e ideas elevadas. Según

nos esforcemos y desarrollemos nuestra mente y espíritu seremos capaces de

identificarnos con esas regiones y atraer materia de las mismas hacia nuestro

cuerpo mental. Cuando llegue ese momento, el Yo superior, el pensador, será capaz

de ser consciente de lo que hay allí y ver incluso sus vidas pasadas así como

algunos planes de futuro para la humanidad. Nuestro cuerpo mental está

constituido por la materia mental de las cuatro regiones inferiores del Mundo

del Pensamiento pero solo tendrá la materia que le corresponda según la vibración

o nota-clave del átomo simiente mental, la cual es el resultado de sus anteriores

vidas y del karma previsto para la presente. Digamos que el hombre no podrá

manejar nada más que la materia mental que le corresponda

según su esfuerzo y si su karma se lo permite.









FORMACIÓN DE UNA NUEVA MENTE: Como ya sabemos,

cuando el Ego ha abandonado todos

sus cuerpos y se encuentra en las regiones superiores del Mundo del

Pensamiento, en lo que

llamamos cuerpo causal, tiene consigo, en estado latente, los átomos

simiente de los cuerpos

que ha utilizado. El Ego evoluciona gracias a estos átomos permanentes puesto que es

de ellos de donde extrae la síntesis o quintaesencia de lo que ha hecho y sido en cada vida, por

eso, cuando llega el momento, el Ego dirige su atención en busca de nuevas experiencias. Este

sería el momento en que el átomo mental despierta, o mejor dicho, una vibración del Ego pone en

actividad el átomo mental para que sea el primer receptáculo del hilo de vida que procede del

Mundo del Espíritu de Vida (lo que los teósofos llaman Buddhi) Cuando el Ego trata de expresarse

en la Región Concreta del Mundo del Pensamiento, el átomo actúa como un imán y, en colaboración

con los Señores de la mente y otros seres, el Ego vela su conciencia con la materia que atrae

para formar su futura mente o cuerpo mental. El poder de vibración de la materia que atraiga

estará en sintonía con el desarrollo del Ego para que pueda expresar sus cualidades mentales

latentes. Esta materia mental procedente de las regiones inferiores se condensa en forma

de nube alrededor del átomo simiente como material con el que se construirá, después de

nacer y hasta aproximadamente los 21 años, la nueva mente. Por supuesto que dichas

cualidades mentales no se ponen en actividad hasta que, a partir del

nacimiento, se van manifestando progresivamente de acuerdo al medio ambiente y a

las actividades que la persona haga.

En la quintaesencia de las experiencias que el Ego se lleva en cada átomo simiente no hay

imágenes ni nada que sea grosero sino los efectos de esas imágenes o experiencias sobre

las facultades. De esta forma la materia que el Ego atrae es de la misma vibración que la

que tenía en su último cuerpo mental, por eso se dice que el hombre reanuda su vida en

el mismo punto donde la dejó aunque con otro destino y más posibilidades. Esto mismo

ocurre respecto al cuerpo de deseos, por tanto, los cuerpos que el Ego construye en

cada vida son el resultado directo de su pasado, como ocurre respecto a su destino.

MECANISMO DE LA MENTE. Podríamos decir que el cuerpo mental está conformado de forma

similar al cuerpo de deseos después de la muerte, es decir, la materia más grosera en

el exterior y la más sutil y refinada en el interior. Por tanto, la materia relacionada con las

regiones inferiores del Mundo del Pensamiento forman realmente la mente, la razón,

el discernimiento, el juicio, etc. Su expresión es concreta porque razona y discierne en su

expresión para que estas vibraciones lleguen al cerebro etérico-físico a través del cuerpo

de deseos y para que el hombre se exprese gracias a su acción final sobre el sistema

nervioso, muscular, palabra hablada, etc. Lo mismo que un pensamiento- forma se

transforma o debilita en su manifestación física, asimismo, las respuestas del cerebro

físico también son lentas en estado consciente porque suele estar muy influenciado

por los sentidos, el mundo que le rodea y los hábitos e instintos. Cuando el hombre

se dé cuenta del poder que tiene y que puede expresar por medio de la mente, podrá

gobernar sus cuerpos, crear su propio destino, utilizar la memoria del pasado

para planificar su futuro, y desarrollar la genialidad

gracias al acercamiento de su propio Yo superior.

LOS PENSAMIENTOS Y EL CUERPO MENTAL. Sabemos, y así lo afirman los científicos,

que el hombre no utiliza nada más que aun mínimo porcentaje de su poder mental, lo que

concuerda con la filosofía oculta cuando dice que el hombre ha estado dominado por sus

cuerpo de deseos hasta hace unos millones de años y que desde hace ese tiempo para

acá está comenzando a desarrollar y utilizar su mente voluntariamente. Cuando la voluntad

controla la mente y la utiliza para gobernar el cuerpo de deseos, se demuestra que el

pensamiento es muy poderoso y que la mente es la base del desarrollo del hombre. Claro

que esto dependerá de la clase de materia que componga la mente puesto que puede ser

de alguno de los diferentes planos del Mundo del Pensamiento. La materia del cuerpo

mental o mente se puede transformar hacia lo elevado y positivo mientras se rechaza

y se elimina lo negativo; esto es, si creamos pensamientos concentrados y voluntariamente

fuertes estimularemos y atraeremos materia mental de los planos superiores. Si repetimos

la operación crearemos un buen hábito y esa parte de la mente atraerá las vibraciones de

su alrededor que estén en sintonía. Además, Primero: Según sea el tema que se piensa

así afectará al cuerpo de deseos haciendo que se forme un sentimiento, deseo o emoción;

y Segundo: Si es abstracto y elevado como, por ejemplo, el amor espiritual, estimulará

las regiones superiores del mundo del Pensamiento más aún. Pero también, y esto es

importante, el sentimiento y las emociones hacen que la mente responda instintivamente

o como hábito, lo que, cuando es negativa, puede perjudicar porque la mente

responderá creando pensamientos negativos; de ahí la

necesidad de controlar la mente con la voluntad.

Cuando el hombre controla la mente y crea pensamientos de amor, fraternidad,

altruismo, humildad, etc., forma ese determinado carácter y la persona se muestra

tal y como piensa porque esos pensamientos estimulan sentimientos en el cuerpo

de deseos cuya materia pertenece a los planos superiores del Mundo de Deseos.

Como esto tiende a reproducirse automáticamente cuanto más se repitan dichos

pensamientos, lo que hacemos es desarrollar nuestro Yo superior gracias al uso

positivo de los cuerpos. Si afinamos un violín o un diapasón en el mismo tono de otro

diapasón, cuando éste suene, hará sonar al violín o al otro diapasón por medio

de sus vibraciones trasportadas por el aire; eso mismo ocurre con los pensamientos del hombre.

El hombre va dejando huella de su personalidad gracias a su pensamiento, el cual

afectará a otras mentes que estén en sintonía con él. El que reza en una iglesia

deja sus pensamientos y sentimientos en ella, los que estimularán a otra persona

que también vaya con la intención de rezar creando así una atmósfera de material

mental que, a su vez, actuará como un espíritu sobre cualquier fervoroso orador.

Pero (por ejemplo) la persona que entra en esa iglesia y no ha hecho vibrar su mente

en ese sentido de devoción y amor cristiano no le afectará esa atmósfera. Una

persona que piensa negativa y repetidamente sobre un determinado tema, no solo

afecta a los demás por medio de la atmósfera mental sino que, además, se puede

auto-obsesionar. También es conveniente tener presente que cuando concentramos

la mente sobre alguien, los pensamientos irán dirigidos sobre esa persona, pero si

en ese momento está muy centrado sobre algún tema no podrán alcanzar

su mente; sin embargo, estarán a su alrededor hasta que puedan penetrarle.

En realidad, los pensamientos pueden tomar varias direcciones:









1ª.- Hacia una persona en la que se piensa o hacia la que se envían.





2ª.- Sobre uno mismo cuando el pensamiento es sobre algo relacionado con su

creador y, por tanto, repercute sobre sus cuerpos.

3ª.- Sobre el medio ambiente porque, unos directa y otros indirectamente,

quedan flotando en el lugar donde se crearon; pero tanto unos como otros

repercuten sobre los cuerpo de deseos y mental de su creador o los de los

demás.



Por consiguiente nosotros siempre estamos bañados por pensamientos

que pueden afectar a nuestra mente

como ocurre con los sentimientos y emociones respecto al cuerpo de deseos. En nuestros hogares nos

encontramos en nuestro propio ambiente, el devoto cristiano se encontrará muy bien en una iglesia donde

asistan personas como él; por la calle nos asaltarán mil clases de pensamientos, etc. etc. Pero también, las

personas ordinarias ven todo esto muy normal porque así lo han visto durante toda su vida, sin

embargo, el que comienza a esforzarse por desarrollarse espiritualmente gracias a este conocimiento,

no se deja influenciar tan fácilmente y medita lo que penetra en su mente y sus creaciones mentales

para así colaborar positivamente en el Mundo del Pensamiento y respecto a la humanidad ¿Y esto porqué?

pues porque sabe que si no lo hace puede ser dominado por el aspecto inferior del cuerpo de deseos y

porque sabe que su deber es hacer el bien y transmutar el mal. Una mente ociosa y sin control pone

a su dueño en peligro de caer en tentaciones, por eso es aconsejable tener la mente ocupada en temar

elevados y en todo lo bueno donde se sienta cómoda.

Hay personas que se deprimen y son inestables porque se dejan

dominar por toda clase de pensamientos y hechos

que le hacen gastar mucha energía al estar las 24 horas dando vueltas a un mismo tema. Estas personas

deben aprender a concentrarse, para ello pueden comenzar

por expulsar todos los pensamientos indeseables

para quedarse solo con los positivos y, además, practicar la concentración. Es muy importante no dejarse

llevar por los problemas ni por los temores y mucho menos atormentarse porque eso debilita la energía vital

y aumenta el problema ya que nuestros mismos pensamientos nos afectan. La persona que vive estos

conocimientos no se ofende por cosas que otros sí lo hacen, no se inquieta, no se deja dominar por

el temor ni por la ira ni por nada parecido, sino que cree en una justicia divina y sabe que

solo tiene que pensar y actuar bien para que todo cambie.

Si uno se deja llevar por lo negativo y altera y desequilibra su

cuerpo de deseos y su mente, no puede culpar

a nadie nada más que a él mismo por ello. Quien se enfada muy a menudo termina desarrollando la irá y

con un carácter irritable e inaguantable por el simple hecho de no razonar y no luchar contra las tentaciones

que le penetran o que él mismo crea. Por tal razón es bueno intentar ver el lado bueno de las personas

y el aspecto positivo que siempre tiene lo normalmente llamado malo. La crítica destructiva afecta de

tal manera que se hace un gran mal a la persona mencionada a la vez que nos creamos una deuda con

ella mientras que si hacemos una crítica constructiva viendo sus cualidades la ayudaremos; esa es una

de las diferencias de controlar o no nuestra mente. Es cierto que cuando uno tiene una mala

costumbre arraigada desde hace muchos años no es fácil vencerla, pero también lo es

que con cada pensamiento creado para combatir ese mal disminuye

su fuerza y tenemos más fácil la victoria.



Cuando un niño nace no tiene un cuerpo mental y uno de deseos ya formados e independientes, la materia

de lo que serán esos cuerpos forma una especie de ovoide donde

cada materia irá cambiando y manifestando

sus formas y colores según el niño o adolescente emita sus deseos,

sentimientos, emociones y pensamientos.

Los gérmenes o tendencias del pasado (buenas o malas) se desarrollarán o no

dependiendo de los estímulos

que reciba según el medio ambiente donde crezca y según la educación que reciba. Como un niño no

actúa de forma individual e independiente hasta aproximadamente los 16 años, aunque más exactamente

deber ser a los 21 cuando se termina de forma su cuerpo mental, es deber de los padres estimular el cuerpo

de deseos y la mente con actividades que se relacionen con la inteligencia y los buenos sentimientos ya que,

de otra forma, tienden a atrofiarse. Cuando a un niño se le crean inclinaciones y gustos positivos, podemos

asegurar que crecerá en ese sentido mucho más que en su anterior vida, pero si se deja que le influyan

personas de gustos groseros y deseos malévolos, no solo no crecerá moral y espiritualmente sino que

degradará lo que había adelantado en su última vida. No olvidemos que antes de nacer el niño, es decir,

a partir de que el Ego penetra en el vientre de la madre para hacerse cargo del desarrollo de los

cuerpos, ese niño en formación, ya es sensible a las influencias externas.





No son muchos los padres que se toman verdaderamente

en serio eso de despertar los mejores sentimientos

o inculcar los más elevados y bellos ideales en los niños desde que nacen. Sin embargo, así debería ser

puesto que sabemos que nacemos con un cuerpo mental cuyos defectos y tendencias son similares

a los de la última vida. Aunque el poder espiritual haya aumentando al pasar por el Purgatorio, si aún

teníamos muchos defectos y malas tendencias que superar en la última vida, deberemos hacer frente

a ellas e incluso a las ya superadas para demostrar que hemos aprendido la lección y hemos tomado

nota en la conciencia. Todos, cuando somos niños, caemos y desarrollamos o

aumentamos ciertos defectos,

por el contrario, crecemos desarrollando y aumentado ciertas virtudes que ya traemos, pero eso dependerá

mucho de lo que primero se nos presente. Si el medio ambiente familiar y social es maléfico, seguramente

que despierten las tendencias maléficas y las benéficas puedan hacer bien poco para evitarlo. Entonces,

como el Ego aun no es dueño de sus propios cuerpos y aunque intente luchar, no podrá estimular las

buenas tendencias hasta que el niño ya tenga alrededor de los 21 años, pero entonces le costará

mucho más vencer que si de niño se hubieran estimulado las tendencias positivas. Qué decir tiene

que si los padres cumplen con su deber de buenos educadores algunas malas tendencias se

atrofiarán, otras se superarán fácilmente y, a la vez, el Ego se fortalecerá en

el bien para cuando tenga que hace frente al mal en el futuro.





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